La retaguardia del ejército de los francos, unos 20.000 efectivos comandados por Roldán, sobrino de Carlomagno, y por el resto de los Doce Pares de Francia, al marchar de retirada tras haber perdido la batalla de Zaragoza, es derrotada a su paso por el desfiladero de Roncesvalles (pirineo Navarro de España), por unas huestes formadas probablemente por contingentes de tribus vasconas, que conocen muy bien el terreno y que causan un descalabro total a los francos a fuerza de arrojarles rocas y lanzarles flechas. Este suceso histórico será el origen de la leyenda recogida en el "Cantar de Roldán", que cuenta cómo Roldán hace sonar su olifante de marfil en la cima de Ibañeta, para advertir al grueso del ejército, que descansa en Valcarlos y cómo, cuando él y los Doce Pares imperiales son heridos, arroja al agua su gloriosa espada "Durandal" a fin de que no caiga en manos del enemigo. (Hace 1246 años)