Aunque recientemente se han encontrado tumbas en el valle del Foro que se remontan al siglo X a. C., según la leyenda, Rómulo y su hermano gemelo Remo, fundan Roma en el mismo sitio donde una loba los cuidó y amamantó. Según la misma leyenda, ya de jóvenes se enzarzarán en una pelea y tras saltar Remo sobre una muralla que Rómulo estará construyendo, éste lo ensartará con su espada. Rómulo llamará Roma a este emplazamiento en honor a su hermano. En los próximos 1.000 años, la ciudad crecerá hasta llegar a ser el corazón del imperio romano, pero en el año 330 de nuestra era y tras siglos de dominación, el emperador Constantino transferirá la capital del imperio a Constantinopla. La antes todopoderosa Roma se convertirá en ciudad objeto de invasiones bárbaras. Más tarde, durante la Edad Media, el Papado se instalará en Roma, pero no será hasta el siglo XV, en que el Papa Nicolás V iniciará la restauración de la ciudad, cuando se asemeje de nuevo a su grandeza original. (Hace 2777 años)