En Tarragona, actual España, resulta decapitado Hermenegildo por los soldados de su padre, el rey godo Leovigildo. Este es el remate a la lucha intestina que Hermenegildo entabló contra su padre Leovigildo, en 579 al abjurar del arrianismo para convertirse al cristianismo. En 1585, a petición del rey Felipe II, Hermenegildo será canonizado por el Papa Sixto V como patrono de los conversos. (Hace 1439 años)