Germánico regresa a Roma, por órdenes del emperador Tiberio, y es recibido como un héroe conquistador. Celebra su triunfo sobre las tribus germanas al oeste del Elba. Poco después, y para separar a Germánico de sus tropas debilitando así su influencia, Tiberio le enviará a Asia para pacificar y mejorar la situación en aquellos territorios del Imperio. (Hace 2007 años)