Los conquistadores españoles al mando de Francisco Pizarro entran en Cajamarca (actual Perú). Pizarro concerta una entrevista con el Jefe Inca Atahualpa para el día siguiente. Los españoles prepararán una emboscada y cuando llegue el Inca con su escolta caerán sobre ellos sin previo aviso, que huirán en desbandada apresando a Atahualpa y poniendo fin a la independencia del Imperio Inca. El dirigente Inca ofrecerá como rescate por su libertad llenar de oro, plata y piedras preciosas la estancia en la que se halla preso. Pizarró aceptará la oferta pero Atahualpa seguirá cautivo hasta que unos meses más tarde sea acusado de idolatría, fratricidio y traición. Finalmente será condenado a morir en la hoguera, pena que verá conmutada por la de garrote, al abrazar la fe católica antes de su ejecución. el 29 de agosto del año siguiente. (Hace 492 años)