En Segovia, España, tras haber muerto el día anterior el rey Enrique IV de Castilla y de acuerdo con el Convenio de Guisando, sale del Alcázar de la ciudad la princesa doña Isabel, para ser proclamada soberana de Castilla en el atrio de la antigua iglesia de San Miguel, en la actual Plaza Mayor de Segovia, al grito de: "¡Castilla, Castilla, Castilla!". Ante las autoridades religiosas, y tras jurar por Dios, por la Cruz y por los Evangelios, que será obediente a los mandamientos de la Santa Madre Iglesia, los caballeros a su vez le juran lealtad. A continuación entra en la iglesia portando el pendón de Castilla. (Hace 549 años)