Cuatro caballeros del rey Enrique II de Inglaterra, asesinan al arzobispo de Canterbury, Thomas Becket, en su catedral por defender los intereses de la Iglesia, frente a los de la monarquía. Dos años más tarde será canonizado y su tumba se convertirá en uno de los lugares de peregrinación más concurridos. El crimen ha sido planeado y ejecutado por la nobleza sin conocimiento directo del rey. (Hace 853 años)